Vamos a tratar de señalar cuáles podrían ser puntos fuertes y débiles del sistema educativo de Castilla y León a partir de un artículo publicado en el periódico El Norte de Castilla en septiembre del año 2017. El artículo fue redactado por Susana Escribano y expone la singular excepción del sistema castellano y leonés que tanta satisfacción y asombro despierta en la población por ser muy bien valorado en el famoso informe PISA.
Como puntos fuertes de este sistema se encontraría el bilingüismo. Prácticamente la mitad de los alumnos de la comunidad están dentro del mismo entre los 3 y los 6 años. Sin embargo yo me cuestiono su utilidad. Un sistema bilingüe sin perfeccionar está provocando que, alumnos que incluso han realizado sus estudios en Educación Secundaria Obligatoria en otra lengua, acaben sin dominar ni la materna ni la extranjera. Muchos de estos alumnos no pueden expresar sus conocimientos en la lengua contraria a la que estudian, y además cuando dejan de practicarla, la olvidan.
Otro punto fuerte sería la tecnología que se ha implantado en las aulas. Yo, realmente cuestiono por qué es un factor tan importantísimo. Sí, desde luego que el dinamismo que proporcionan estos medios es muy beneficioso en una sociedad obsesionada por la inmediatez pero, por ejemplo, el IES Núñez de Arce, uno de los mejores de Castilla y León (si no el mejor o el de más prestigio) presume de que en su recinto las clases no están condicionadas ni por el bilingüismo ni por el uso de las tecnologías. Los móviles, tabletas y ordenadores están prohibidos en clase a excepción de asignaturas como Tecnología.
Si este referente castellano y leonés no utiliza los "puntos fuertes" de nuestro sistema... ¿No será que igual la receta del éxito es otra?
Si intentamos señalar puntos débiles podríamos destacar algo que se extiende de autonomía en autonomía: el adelanto de exámenes de septiembre a julio. Sinceramente creo que es una medida que agiliza la burocracia pero no piensa en el alumno. Como tal que he sido, siempre pude estudiar mejor y aprender más cuando fui a alguna convocatoria en septiembre que a las dos semanas de haber fracasado en junio, es decir, haciendo una recuperación en julio.
Un alumno que durante el curso no ha podido aprender nada con un profesor de un idioma extranjero o una lengua muerta, como ejemplos, no va a poder pasar ese examen dos semanas después. Necesita un apoyo exterior o un tiempo para poder reelaborar su contenido y sus conocmientos. Lo mismo en otras asignaturas como matemáticas o física y química. De igual modo en humanidades como la historia o geografía.... Cuando el estudiante no ha hecho nada durante el curso ¿Puede en dos semanas aprender un temario de unos 18 o 20 temas en dos semanas? Lo dudo.
La verdad, creo que se nota que me enervan un poco estos puntos que he señalado como "fuertes" y débiles. Así que acabamos con esta canción:
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